Entrevista a mi persona para el diario El Nacional

Por: Vanesa Davies

Voy a intentar ser lo más conciso posible al dar mis respuestas a las preguntas, de contenido muy complejo, además de prestarse al debate y a la polémica, abajo transcritas. Mis opiniones son a título personal, pues no representan una posición institucional, aunque puedan ser compartidas o no por algunos colegas y por lo mismo asumo mi responsabilidad por ellas.

¿En qué consiste la terapia psicoanalítica? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas con respecto a otras escuelas de la psicología?

Comenzaré diciendo que la terapia psicoanalítica consiste en la aplicación del conocimiento psicoanalítico acerca del funcionamiento mental de los seres humanos con el fin de que la miseria del sufrimiento humano se transforme en un malestar inherente a la condición humana cotidiana. Las causas de dicho sufrimiento tienen dos niveles de explicación: un nivel manifiesto, consciente, que consiste en las racionalizaciones y explicaciones a nivel intelectual que habitualmente nos damos y/o nos dan acerca de lo que lo causa y un nivel desconocido, inconsciente, poblado de emociones intensas, que busca salida para expresarse y lograr satisfacción pero que no le es permitido por diversas razones. Algunas de las razones para no permitir dicha satisfacción son de índole  general, pautadas por la condición de la convivencia del individuo dentro de un orden socio-cultural dado y que circula permanentemente entre los individuos de dicha cultura y que los preexiste. También preexiste lo que dicha cultura permite conocer o no, tener conciencia o no, de los modos en que va a ser constituido como sujeto humano. Es lo que algunos llamamos los procesos de sujetación de los individuos dentro de un orden social y una cultura determinada, hoy día cada vez más globalizada. Es decir, el individuo llega al mundo con todo su bagaje heredado de la especie y al nacer ya está enajenado de una parte de si y recibe el mandato de construir su inconsciente que incluye el desconocimiento de los procesos de enajenación. Otras razones son de carácter particular y único para cada individuo, aunque lo particular y lo general siempre coexisten en una combinatoria múltiple donde puede predominar una de ellas, alternarse entre ellas, o estar presentes de manera simultánea. Dentro de esa particularidad están los modos en que los individuos se vinculan con otros individuos para buscar satisfacción a sus deseos, la cual está prohibida ya no solo desde una exterioridad sino también desde una interioridad que puede coincidir o no con las instancias reguladoras externas. Allí surgen los conflictos del individuo, bien sea consigo mismo o con la realidad externa. Los conflictos consigo mismo pueden expresarse en el área mental o en el área corporal. A la vez los conflictos pueden ser manejados a un nivel mental que implique una integración satisfactoria de sus funciones intelectuales y emocionales, lo que le capacita para evaluar los recursos propios y ajenos a utilizar con el fin de obtener las transformaciones pertinentes que conduzcan a las gratificaciones posibles, mediante el uso de una violencia útil, constructiva. Puede entonces tolerar la espera y las frustraciones concomitantes a que estén dadas las condiciones para alcanzar sus metas. Pero esa espera nunca será pasiva. En estos casos la vida se lleva con la alegría que incluye el malestar cotidiano. El psicoanálisis como terapia no tiene allí su mejor indicación, en todo caso tiene su aplicación como instrumento de conocimiento o investigación de la mente. Cuando por otra parte la integración de lo intelectual y lo emocional, de lo consciente y lo inconsciente no es suficiente, surge el conflicto que conduce al sufrimiento al perderse la capacidad de evaluar y apropiarse de los recursos y capacidades propias y ajenas que lleven a las transformaciones conducentes a una gratificación suficiente. Perdemos allí el dominio de nuestra propia vida, de nuestra mente y de la realidad. La violencia que aparece en esas circunstancias es inútil y perturbadora para nosotros mismos y para los otros individuos y grupos con quienes nos vinculamos. Esa violencia aparece muchas veces expresada fuera del área mental y es entonces el cuerpo quien habla no lo que no puede ser hablado a través de la palabra. El cuerpo y la mente aparecen separados, y la violencia puede a veces tomar el cuerpo y destruirlo cuando no puede ser conducida a una expresión transformadora y útil. Es en estos casos cuando tiene su aplicación el psicoanálisis como terapia, pero con un sentido de buscar el apropiamiento del sujeto humano de sus condiciones de enajenación para que deje de ser el esclavo de sus amos internos-externos así como tampoco busque esclavos de los cuales ser amo.

Las ventajas y desventajas respecto a otras escuelas de psicología dependen de la posición ideológica con la cual uno se maneje para explicar la constitución del sujeto humano. Cada corriente de pensamiento psicológico tiene la suya. En lo expuesto anteriormente he mostrado la mía. Ninguna corriente tiene la verdad absoluta sobre el conocimiento del sujeto humano. A veces nos frustramos como profesionales cuando aspiramos a que algún ser humano, o grupo de sujetos que sufren, accedan al conocimiento de las causas inconscientes de su sufrimiento para que puedan liberarse del mismo, pero tenemos que ser tolerantes con nuestra no omnipotencia y con nuestras limitaciones metodológicas y científicas, pero también con las limitaciones de los otros para entender o que no le permiten salir de sus alienaciones y rescatarse. Son sujetos cuyo nivel de tolerancia a las frustraciones es muy escaso y buscan o solo toleran gratificaciones inmediatas, o buscan ser adaptados o sometidos de un modo no conflictivo, no pueden construir una función de la mente que les permita pensar los pensamientos. En esos casos un trabajo sugestivo, de apoyo, adaptativo, que modifique las conductas, que disminuya las angustias a un nivel tolerable sin importar las causas múltiples y profundas de sus orígenes, que lo inserte o reinserte dentro de los modos de funcionamiento que se espera de él o ellos dentro de la cultura son los únicos posibles a instrumentar. Un psicoanalista puede entender esto desde su marco teórico referencial y ofrecerse como un Yo auxiliar protésico del sujeto, como lo haría un profesional de otra orientación teórica, teniendo en mente la observación de las rendijas que puedan abrirse para ver si es posible comenzar a construir una mente que pueda pensarse en lugar de ser pensado por otros. El riesgo siempre es que aquellos otros que lo piensen, quienes quiera que sean y desde la corriente psicológica que sean, se conviertan en sus amos y los mantengan como esclavos cual masa amorfa indiferenciada. 

El psicoanálisis ha sido presentado (mediáticamente, al menos) como un acto individual. ¿Realmente es útil para tratar a grupos y a parejas? ¿No rompe con sus postulados?

Tiene mucha razón. Ha sido presentado así y no solo por lo mediático. Muchos psicoanalistas también lo han hecho. Tratando de ser sucinto diré que Freud, el fundador de esta ciencia, siempre tuvo en su mente una concepción del hombre como un ser social. En la Introducción a su obra “Psicología de las masas y análisis del yo”, 1921, comienza diciendo que: “En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con toda regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social. Tales fenómenos sociales -dice- entran en oposición con ciertos otros procesos llamados narcisistas y por lo mismo esta oposición entre actos anímicos sociales y narcisistas no habilita a divorciar la psicología individual de una psicología social o de las masas”.

El psicoanalista inglés Wilfred Bion, quien desarrolló una teoría propia para el trabajo con grupos dijo que el ser humano funciona dentro de una bipolaridad en tanto que individuo siempre social, entre Narcisismo y Socialismo.

 Es decir, ¿se puede trabajar el inconsciente en grupo? ¿Cuáles son las ventajas y desventajas del psicoanálisis, aplicado en parejas o grupos, con respecto a otras técnicas?

Con lo expresado allí y continuado en otros escritos, dejaba abierto el camino para desarrollos posteriores tanto de las teorías como de las aplicaciones del método psicoanalítico. A mediados del siglo pasado comienzan a encontrarse estos desarrollos y a expandirse por todo el mundo aplicándose tanto a pequeños grupos como a grandes grupos, continuando hoy en día y estableciendo enriquecimientos interdisciplinarios con la teoría de la comunicación, con el estructuralismo, la gestalt y con el funcionalismo. Desde la perspectiva del psicoanálisis grupal se considera que existe un inconsciente grupal que es más que la suma de los inconscientes individuales de los diferentes integrantes de los grupos donde una modificación del todo transforma a cada una de las partes y viceversa. Esto tiene que ver con un concepto psicoanalítico que plantea que el YO integrado es el resultado de múltiples Yos; que en un grupo éstos están asumidos por cada uno de los integrantes que al manifestarse va a ser el emergente de uno de esos aspectos del Yo total grupal. Los mecanismos mentales de Identificación Proyectiva e Introyectiva, la intersubjetividad, la transubjetividad, la bidireccionalidad y la multidirecionalidad en los vínculos son fenómenos que se pueden identificar, deconstruir, construir y conocer a través de las interpretaciones de lo que ocurre tanto en las relaciones de pareja, modelo elemental de funcionamiento grupal, como en las relaciones de grupo.   

¿El psicoanálisis se puede combinar con el uso de fármacos? ¿En qué casos? ¿Para qué trastornos? ¿No compiten entre sí?

Como dije anteriormente el psicoanálisis, como otras disciplinas que buscan aliviar el sufrimiento humano pueden encontrar puntos de acercamiento para colaborar sinérgicamente en sus propósitos. Todos tenemos mucho que aprender al respecto. Nadie tiene la verdad por si solo. El problema de incompatibilidad se plantea cuando asumimos una actitud arrogante descalificando las otras disciplinas, entrando en conflicto con los otros profesionales, lo cual es producto ya no de las disciplinas mismas sino de los seres humanos que las ejercemos. Allí entran en juego sentimientos de rivalidad, envidia y muchos otros de índole transubjetiva e ideológico. Lo que yo esperaría es que el uso de fármacos no elimine la angustia útil en los individuos de tal manera que desaparezcan tanto las capacidades de desear como la de pensar y que no convierta a los sujetos en zombis esclavizados.  

¿Quiénes son las y los candidatos a la terapia psicoanalítica? ¿Por qué funciona en algunas personas, y en otras no funciona?

Los candidatos ideales son aquellos que sienten angustia útil, que les permitiría querer saber de su constitución y funcionamiento como sujeto humano, que puedan tener, o desarrollar, la capacidad de espera para que ocurra ese saber, que no busquen desesperadamente salidas inmediatistas que   conducen a mantener una situación de dependencia inmadura e infantil con las figuras de autoridad.

-Cualquier otro comentario que desee hacer

Podríamos hacer muchos más comentarios, pero no sé si es el espacio propicio para ello. De toda manera estoy a la orden para cualquier comentario, ampliación o crítica a lo expuesto de una manera muy sucinta.

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