Dra. Sarit Grossman – Psicoanalista y psicóloga clínica
La cuarentena, el aislamiento y el distanciamiento social son las medidas mundialmente adoptadas para enfrentar la pandemia. Sin embargo, ¿cuáles son los efectos emocionales que genera este nuevo contexto? A medida que transcurre el tiempo, ¿qué respuestas psicológicas comenzamos a observar a partir del confinamiento?
En primer lugar, debemos tener en cuenta lo siguiente. Algunos están atravesando esta experiencia solos, sin nadie que los acompañe; otros, en cambio, cuentan con la compañía de uno o varios familiares. No obstante, no necesariamente quienes viven solos experimentan soledad o angustia; y, sin embargo, hay quienes, rodeados de personas, viven un fuerte sentimiento de aislamiento, soledad y desamparo.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿qué determina que algunas personas puedan tolerar de manera más saludable el confinamiento? ¿Por qué algunos manifiestan ansiedad, depresión o un sentimiento de vacío, mientras que otros consiguen desarrollarse, a través de nuevas ideas y proyectos?
Existe una diferencia entre el deseo de estar solo Vs la habilidad para estarlo. No todas las personas toleran estar solas o, mejor dicho, no cualquiera desarrolla una capacidad para estarlo. La capacidad para estar solo, como lo señalaba el psicoanalista Donald Winnicott, es un signo de salud y de madurez emocional. No es una habilidad que se aprende ni se enseña. Es algo que se adquiere muy temprano en la vida, a través de las relaciones confiables con los padres y de un ambiente protector y consistente.
La capacidad para estar solo no se refiere a estar solo o rodeado de gente. Consiste en la posibilidad de contar con un espacio dentro de uno mismo, al cual podemos retirarnos, y utilizar, lo que trae como resultado la posibilidad de crear algo nuevo. Por el contrario, cuando hablamos de un sentimiento de soledad, nos referimos a un sentimiento displacentero, en donde el vacío y la culpa juegan un papel elemental en la vida emocional del sujeto. Por supuesto, este sentimiento de soledad puede ser más o menos perturbador, lo que determina distintos tipos y grados de síntomas psicológicos.
En cualquier caso, y teniendo un poco más claros estos conceptos, volvemos a nuestra pregunta inicial: ¿qué repercusiones emocionales debemos esperar de la pandemia?
No cabe duda: la cuarentena moviliza mucha angustia e incertidumbre, no solamente por los múltiples duelos que conlleva, sino por la pérdida de los esquemas referenciales (la realidad cambia día a día). Esto genera síntomas como ansiedad, depresión, angustia, paranoia, entre otros; por lo que es fundamental, contar con ese espacio mental, interno, al cual podamos retirarnos momentáneamente. Sólo así podemos generar nuevas significaciones, que permitan enfrentar parte de lo que todavía falta por venir.